Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar.
Vamos - le dice al amante - De prisa, quédate en pie alli en la esquina.
Rapidamente, ella cubre el cuerpo del amante con aceite y lo salpica con talco por encima y le dice:
- No te muevas hasta que yo te diga. Finge que eres una estatua. Yo vi Una igualita en casa de los Almeida.
En eso, el marido entra y pregunta:
- Que es ésto?
Ella, fingiendo naturalidad:
- Eso? Ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gusto tanto que compre una igual.
Y no se hablo mas de la estatua.
A las dos de la madrugada, la mujer está durmiendo y el marido todavia esta viendo la TV.
De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara un sandwich, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto.
Alli, se dirige a la estatua y le dice:
- Toma!!! Come y bebe algo, hijo de puta!!! Yo me quedé dos días como un idiota, en el cuarto de los Almeida y ni un vaso de agua me ofrecieron.
2 comentarios:
Jajaja... que capullo el marido, solidardad entre hijos de puta...
No me estraña...
Saludos.
jajajjajaa que bueno , anda k el marido si que fue solidario, como dice Virginia entre hijos de puta anda la cosa jajajaja
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